lunes, 4 de julio de 2011

El Camino de Santiago. Etapa 2: De Sarria a Melide


 Segunda etapa de nuestro camino. Esta vez nos iba a sorprender, porque hoy es una auténtica jornada de MTB. Hicimos lo mínimo de carretera. Y por fin, aparecieron la multitud de peregrinos. Vamos con la narración.


 Hoy amanecimos en Sarria. El día parecía algo brumoso, pero soleado. Después de un desayuno más que correcto en el Hotel Mar de Plata, viene de nuevo la rutina de poner las alforjas en su sitio. Esto es un castigo matutino que no veaís. Pero esta vez las pusimos algo más seguras. Ayer compramos en los chinos unas gomas para sujetarlas mejor y que no se movieran. Y la verdad, es que funciona el invento.

Hoy la jornada que nos espera, no sabemos como es. Empieza, buscando una pila para el pulsómetro de Sara. Aquí empezamos a ver desfilar a nuevos peregrinos y bicigrinos por las calles de Sarria. Una vez en marcha, tomamos de nuevo el camino. Nos lleva a la parte alta del pueblo, dónde el día anterior estuvimos cenando y haciendo algunas fotos. Así en frío, y con la rodilla izquierda chunga... pues se hacía durillo. Pero bueno, había que seguir.

Recorrido de la Ruta y el perfil

Vamos de nuevo. Segundo día al ataqueeerrrr!!!
Realizamos una bajadita por asfalto bastante curiosa, y abajo del todo, el camino ya te hace decidir: asfalto o tierra?? Pues, hoy hemos creido que el camino es el que es, y hay que ir por tierra, que para eso hemos venido con nuestras gordis! Esto fue el acierto del siglo, porque hoy los caminos nos depararían multitud de paisajes diferentes.

Poco a poco, vamos rodando por el camino a la rivera de un riachuelo. Poco a poco, el nº de peregrinos aumenta, y el "buenos días" y "buen camino" nos permite ir avisando y sorteando a unos y otros, que amablemente se aparta, e incluso detienen la marcha en muchos casos, para que pasaramos. Es una cuestión de educación. Si pasas despacito a su lado, indicándoles que vienes por detrás suya con amabilidad, ellos no tienen problema. Recordad, que esto es otro concepto. Aquí no vamos a saco con la ruta, ni a marcar tiempos. Venimos a disfrutar del camino y conocer el espíritu del mismo y de la gente que discurre por él.

Llegamos a la primera dificultad que nos hace bajar de la bici. Y esto iba a ser una constante durante el día de hoy. El puentecillo unido a que la entrada a él eran unos pedrolos considerables y las alforjas... nos hizo reflexionar, que era mejor pasar a pie que en bici. Y bien hicimos, porque tras el puente apareció una peacho de cuesta arriba, de pedrolos sueltos y que asomaban de la tierra... que no os podeís hacer una idea.

Comiezan las primeras dificultades con la bici...
Las cuestas con la bici cargada... se hacen penosas de verdad, aunque el ritmo de ascenso a pie no es malo, e incluso nos permite adelantar a algunos peregrinos a pie. Esto no significa nada, porque esta gente puede que vengan andando desde sitios que ni os imagináis. Y al final del todo, la recompensa. Joer, qué satisfacción da llegar arriba! Aunque sea andando.

Aiinnnh... que trabajito nos costó llegar arriba
Después de esto, se sucenden cuestas y bajadas más suaves entre campos de labor. La rodilla va caliente, y aunque molesta, el camino es tan entretenido que ni me acuerdo de ella. De vez en cuando, pasamos por alguna aldea, y más y más peregrinos. Es una de las jornadas que más gente vimos, familias, grupos de colegas, parejas solas, peregrinos solos, y muy pocos por no decir ninguno en bici.

Después de una bajada tipo trialera muy intensa, nos encontramos con un tramo de la calzada romana que nos obliga de nuevo a bajarnos. Y no os podéis hacer una idea, el coñazo tan auténtico que supone ir andando y con la bici al lado pegando brincos por las piedras. Que dificil se hace transitar así, pero este es el Camino. Aquí no hay nada fácil, porque si no, no sería una auténtica peregrinación. 

Un tramo de la calzada romana... imposible subirlo en la bici.

Y sendereando, sendereando, llegamos a un gran puente que nos llevaría hasta Portomarín. Esta ciudad, la verdad que es una pasada. De entrada te recibe con unas escaleras que te quitan el sentido. Por ahí hay que subir??? O por la cuesta que nos queda a nuestra derecha???

Escaleras de acceso a Portomarín... subimos con la bici??????
Y aquí, que nos encontramos con un peregrinos japones, intentando averiguar por donde seguía el camino. Un matrimonio español le estaba indicando que tenía que subir por las escaleras, y el japones que pensaba que le estaban tomando el pelo, bociferaba y meneaba las manos como si le llevaran los demonios... jejejeje que pintoresco era tío! Al final optó por no subir... Y el matrimonio nos dijo que subiendo por la cuesta accediamos al pueblo y que merecía la pena. Y así lo hicimos. La cuesta era importante, pero si que mereció subir hasta allí. El pueblo tiene una de las pocas iglesias que son fortaleza. Y se encuentra ubicada en una plaza preciosa, donde nos sentamos a tomar una cocacola y una bolsita de patatas fritas. Que había que reponer fuerzas! De esto, que se me hacerca un chaval y empieza a alucinar con la bici. Y es que a él, ayer le acababan de dar la misma. Y estaba deseando estrenarla! La verdad es que mi lapierre xc410 no la cambio por nada del mundo!

La iglesia-fortaleza de Portomarín... este pueblo es una pasada de bonito
Tras el merecido decanso y alguno foto, nos ponemos de nuevo en marcha. Salimos del pueblo cuesta abajo, y de nuevo tenemos que cruzar el río, pero esta vez por un puente de chapa... que decía Sara de pasar montado, pero como yo y las alturas no nos llevamos bien que digamos... pues peferí pasar andando.

Y nada más pasar, comienzan de nuevo las dificultades. De nuevo cuestas arriba, y a tirar de plato pequeño hasta donde se podía. Había muchas cuestas que con este desarrollo se podía subir sin problemas, pero otras, como la de la foto imposible. Una velocidad tan baja, y el peso de la bici, y el zizageo al ascender, hacen que te lo pienses dos veces. Y en ocasiones, pues pie a tierra y a tirar de la bici.

Y más tramos a pie... uffff que pelfa!!!
Esos sí, siempre acompañados de una vegetación exhuberante! Y una sombra que se agradecía de manera soberana! Esto hacerlo a la solana... un calvario. Y mi Sara, pues como una machota! Subiendo y subiendo, y por muy penoso que fuera el camino, nunca se echó para atrás. Al revés, en todo momento fue tirando de mi. Estaba fuerte, y estaba en forma, y no le dolía ni un pelo. Así que la tía, me iba animando y poco a poco, iban cayendo los caminos y los kms.

Sin alforjas, no os digo que no, pero tenía muuucha miga la cuestecita.
Como os decía el camino de hoy era lo más. Entretenido al máximo y ofreciéndonos unas vistas y rincones que bien merecían una foto. Y un paseo! jejejeje, obligado, porque el terreno no daba para más... o os ciclistas?!?!?! jejeje

Y otra más!! Esta tenía unos pedrolos mu considerables. Menos mal que había sombra!

Pues después de varias subidas y bajadas más, de pasar por multitud de zonas de cultivo, y zonas ya más ciclables, llegamos a una carretera secundaria o terciaria. Aquí el terreno comienza a subir, y a subir... mare mía, con la caló y el esfuerzo... de esto que voy con la boca abierta, respirando como los pollitos con caló y de repente... noto un zumbido y siento que un bicho me entra en la boca. Lo pillo con los labios... y sigo escuchando su zumbido, lo intento escupir y de esto que noto como que me escuece la punta de la lengua. Joer, er puto bicho me había mordido la punta de la lengua y no se despegaba ni queriendo... uhuhuh... verás como nos vamos al suelo! Menos mal, que templé el nervio, lo aislé con los labios y con los deditos me lo quité... jajaja... Sara decía que tenía un bicho enorme prendido de la lengua... y yo lo que sentía era que la lengua se me adormecía. Jodío bicho!!! Menos mal que no hubo necesidad de tirar del urbasón, porque no se me hinchó la lengua ni nada...

Bueno pues después del incidente, y con la lengua medio dormida, vemos un vergel para descansar. Qué acierto! Este fue el lugar donde decidimos descansar y comer tranquilamente. Tienen un menú del día bastante bueno y como siempre a 10 leros.

Un paraiso para el descanso del guerrer@... cómo se estaba... de lujo!!
Aquí conocimos a un señor irlandés, la mar de majo. El pobre iba a pie, e iba con un grupete de colegas. Todos ya talluditos. Y él, con una rodilla chunga chunga... así que le ofrecí un poco de la crema que yo iba utilizando de vez en cuando... y el tío quedó la mar de agradecido. Y es que, eso es el espíritu del camino de santiago. Echar una mano a quién lo necesita, porque nunca sabes cuándo la vas a necesitar tu.

Allí sentados, nos fijamos en una pareja de señores mayores (echamos por lo menos 70 añazos) subiendo a su ritmo, pero subiendo, con las alforjas hasta las trancas!!! Eso si es estar en forma!!!

Bueno pue, desde aquí, y como siempre, quedaban más o menos 20 km para llegar a Melide. Después de pasar varias aldeas, llegamos por un camino paralelo a la carretera hasta Melide. Cogimos la habitación en el Hotel Carlos 96. El hotel, pos bueno... el peorcillo del camino. Pero lo que nos pareció increible es que en esta población no hubiera ningún otro hotel decente. Porque el del centro... agarrate los machos.

Después de un paseito por este pueblo, que no tiene nada de nada, y tomarnos un par de jarras de Estrella Galicia, decidimos ir a cenar al famoso Ezequiel, lugar de parada obligada para todo peregrino de pro... y la verdad que merece la pena. Pulpo bueno bueno, mucho ribeiro... y al final pa casa con una media torrija, que ya veréis, ya... Aquí os dejo, de lo que dimos buena cuenta!



Dieta básica: pulpo, pulpo y más pulpo, regado con ribeiro... No abuséis!!



http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1893358


Chicos, esto fue todo en esta ruta que nos enamoró, que nos divirtió y que nos permitió conocer el espíritu del auténtico Camino de Santiago.


En breve, tendremos la crónica de la tercera parte de la ruta. Saludos a tod@s!!!!!!

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