Siruela y Garlitos... bonito, bonito!!!

Hola queridos lectores!!

He me aquí... son las 23:46 del lunes día 2 de noviembre de 2009, y tengo menos sueño que una lechuza a estas horas... así que, para que desperdiciar el tiempo. Vamos a relatar el bonito episodio que Laure, Sarilla, Miguel y erMora protagonizaron el sábado día 31 de Octubre.

Esta es una ruta que Sara tenía muchiiisimas ganas de realizar. Por varios motivos: porque trabajó mucho tiempo por la zona, porque tenía muchas ganas de enseñarnos los paisajes que a ella durante tanto tiempo la maravillaron, y porque previamente nuestro maestro Antonio del Zeus ya la había hecho y vino encantando por la propia ruta y por el paisaje.

Pues una vez que consensuamos la ruta, nos decidimos a partir hacia Siruela. Este pueblo sería nuestro punto de partida. La ruta es circular, y discurre en un 90% por carretera asfaltada. Pero no os asustéis, tiene poquísimo tráfico (creo que nos adelantaron como mucho 3 ó 4 coches en toda la jornada. El otro 10% es caminos y pista asfaltada que está llena de baches... por lo que cuidadito.

Pues este fue un día de estrenos. Primero, porque estrenabamos el portabicis nuevo. Segundo porque Sara estrenaba bicicleta!!! Y qué bici!!! Una Lapierre Pro Race 400!!! A mí me enamoró en el catálogo... pero es que en realidad... y eso que la foto no le hace honor (es que mi Sara y la fotografía...):



T'a guapa, ehhhhh???? Sip, sip, sip... es tope molona y joer como viene equipada!!! Y eso que no le hizo la foto por su ángulo bueno... Pero ya la veréis en marcha en el video...

Bueno, pues llegamos a Siruela como a las 9:40. Dejamos los coches en el centro de salud (donde se hizo la foto anterior) y nos ataviamos para la ruta. Cerramos coches... y a pedalearrrrrr!!! El croquis de la ruta fue el siguiente:

Como véis, ruta circular, que al final molan más que ninguna

Bien, pues justo a la salida del pueblo... eh!! eh!! ¿? Quién nos llama la atención? Joer, vemos un chaval, que se baja de un camión de transporte de vehículos, y nos llama para que nos paremos... coño, que nos hemos dejado algo?? O habíamos hecho algo más? Pues nada de eso, el chaval era un MTBiker de la zona y nos paró para preguntarnos que si ibamos a estar por la tarde, porque nos había visto y le habían entrado unas ganas locas de coger la bici... jejejej ... si es que esto es un vicio mu' sano. El pobre, hasta por la tarde, no podía salir, por lo que no pudimos llevarle con nosotros. Si bien, nos indicó un camino que iba directo a Garlitos... pero al final decidimos seguir nuestra hoja de ruta.

Salimos de Siruela, y al poco nos encotramos con una carretera comarcal que nos llevaría a Sancti-Spiritus. Esta carretera tiene un buen firme para la MTB, aunque para la de carretera no sabría deciros, pero no me parecía muy apropiada. La carretera era un constante sube-baja, con pendientes bastante fuertes (5-6%) tanto para subirlas (uf uf), cómo para bajarlas (aleeeeeee). El final, una cuesta arriba que nos lleva hasta el centro del pueblo. Allí Sarilla, nos sirvió de guía. Callejeamos un poco, y salimos del pueblo. Próximo destino: El Risco.

Ahora, la carretera era un poco mejor. Se notaba que la habían asfaltado recientemente y con el poquísimo tráfico que habiamos visto, pues el estado de conservación era excepcional. Y las vistas insuperables. A la derecha nos ibamos dejando conforme ascendíamos, el pantano de La Serena... bonito, bonito, bonito. Y como la mañana nos acompañaba, la temperatura, aunque algo fresca, era fantástica... pues a seguir pedaleando.

Atravesamos El Risco, por una cuesta bastante curiosa que nos lleva al alto del pueblo y nos ofrece, de nuevo, unas vistas preciosas del pantano. Y a partir de aquí, viene una de las partes duras. Un constante subir y bajar. Con pendientes fuertes tanto para ascender como para descender. Y claro, tanto ascenso seguido de descenso y vuelta a ascender.... era como si estuvieramos metidos en una clase de interválicos... corazón al 80-90%.... y a recuperar al 50%, y otra vez a forzarlo, y otra vez a recuperarlo... y así sucesivamente. Y claro, si no tienes el día fino... pues lo que pasó: a Miguel le pasó factura. Tanta cuesta arriba y tanta cuesta abajo, sin un ritmo constante, le pegó un quemazón de aupa... pero ahí estaba el tío. Aguantando como un jabato.

Y Laure y Sara? Pues imaginaros, sacándonos un trecho que no veáis. Entre el Laure Vespino, con motor de cuatro tiempos incorporado y Sara, que llevaba la bici nueva y una motivación del carajo (a pesar de que tenía el cuello jodido con una contractura), no había manera humana de darles alcance. Menos mal que al final, Sarilla tuvo que parar para hacer un pis.... y les pudimos dar alcance. Paradita de 5 minutos. Joer que bonito, que paisaje!!!! Pero, llegó Sara y otra vez en marcha. Y hasta que llegamos a Garlitos... nos quedaban nos cuestas muy muy regulares!!! Pero ahí estabamos... y llegamos a Garlitos. Callejeamos por el pueblo, nos encontramos con el mercadillo y bordeamos por otro sitio, hasta llegar al otro extremo del pueblo. En esta zona, buscamos la pista asfaltada que nos llevaría al cruce del Puente del Borracho.

El comienzo de la ruta por este sitio era un descenso vertiginoso dónde pusimos la bici en velocidades maximas de 55-60 km/h. Aquí ya Miguel nos tomó la delantera, seguido de Laure y yo. Sara se quedó un poco más atrás, porque ella en las bajadas es algo más conservadoras. Esta bajada termina en una nueva cuesta arriba, con una buena pendiente, que nos rompío el ritmo de descenso. Pero después de una buena subida.... otra buena bajada!!!! Pero aquí, cuidado!!! Todos pasamos por encima de un bache, que por la velocidad que llevabamos no pudimos avisar al de atrás y que resulta de todo menos bonito! Es muy peligroso! Ojo y estad pendientes de estos baches, que podeís salir volando! Gracias a dios, no pasó nada y continuamos.

Pero nuestros problemas no habían hecho más que empezar.... una manada auténticos depredadores serranos aparecieron en medio de la carretera. Sí, digo bien. Depredadores. Como poco eso, a juzgar por la cara de Miguel y Laure cuando vieron... jajajajaja.... a.... Las Cabras!!!! Fijate que Cuernos!!! Mira aquella que grande!!! Vamos a bajarnos que vienen hacia nosotros!!!! jajajajaja... los veterinarios delante!!! Anda que... Pero bueno, nos paramos, para no espantar al ganado, y pasaron pacíficamente (aunque yo vi una que miró a Laure con ojos risueños... tas seguro que tu no habías estado aquí antes de maestro? jijiji). Yo creo que ya habían comido, porque no se produjo ataque alguno... No se, quizás es que las cabras no atacan a los humanos en bicicleta (jejeje). Aquí os dejo, uno de los documentos gráficos tomados del momento:

El grupo después de la hazaña de salir vivos del ataque cabruno sufrido por esas dehesas...

De nuevo volvimos a descender y ya llegamos a una zona más llana, dónde, como no era posible de otra manera, Sara se paró a hablar con un paisano que conocía. Esto queda registrado en el vídeo que he colgado más abajo. Tras esto, y ya que tenía la cámara en la mano, digo... voy a grabar un ratito a la gente pedalenado. Pues me pongo con ello, y casi me ostio. Porque como había baches, entre que la cámara la llevaba en la derecha, con la izquierda sujeto el manillar y no creáis que me manejo muy allá, y poner la cámara en solfa... pues eso, que casi me voy a la cuneta (también está registrado en el vídeo).

Después del llano, llegamos al cruce con la carretera comarcal BA-134. Aquí y a la sombra de una encina (ye-ye-ye) decidimos hacer un alto en el camino (momento barbacoa). Comimos rapidito y a por el gran reto. Desde el punto que estabamos hasta la cima 8 km en, prácticamente, constante ascensión. Al principio, los primeros kilómetros son muy suaves (podeís verlo en el perfil), para poco a poco ir aumentando la pendiente, hasta llegar a los 4,5 -5% de desnivel. No es una pendiente especialmente inclinada, pero se hace algo más dura por la longitud del trayecto.

A la cabeza Laure y Sara. Yo me quedé a esperar a Miguel, pero su ritmo al final me empezó a pasar factura, y tuve que poner el mío (algo más alto) y lo tuve que dejar atrás con mucha pena de mi corazón, eso sí. Las sensaciones en la subida era buenas, plato mediano y manejando los 3-4 piñones más grandes. Pero, ocurrió que la bici empezó a sonar como una matraca... cla-cla-cla... y no había manera ni de cambiar ni de llevar un ritmo adecuado, por lo que a 1 km del final, tuve que cambiar a plato pequeño y bajar algún piñon. Y así el ritmo se hizo más llevadero y por lo menos no sufría tanto el cambio. En defintiva, que hay que pasar de nuevo por el taller (joer con el puñetero cambio XT). Eso sí, arriba llegamos todos como unos campeones y sin bajarnos. La media de ascenso entre los 10-12 km/h. Cuando llegó Miguel, y paró (que yo pensaba que venía andando, porque le oí desengancharse el pedal), comentamos la gran subida que era y lo guapo que estaban los 2-3 últimos kms, con curvas aumento de pendiente, y un paisaje fabuloso.

Perfil de la ruta, destacando el ascenso a la sierra.

Desde aquí y ya hasta Siruela, todo prácticamente un descenso, salvo al final. Como podeís ver en el perfil, justo antes de llegar a Siruela hay una cuesta más o menos prolongada, pero que se hace bien.

Todos llegamos sanos y salvos al centro de salud. No hubo necesidad de entrar. Eso sí, mucha sed porque hizo bastante calor, y el agua escaseó. Montamos la bicis... y para casa, que era tarde.

Una ruta muy recomendable. De dificultad moderada por los constantes cambios de ritmo que agotan a más pintao y por el ascenso tan notorio que supone subir al alto de la sierra. Cuidado con los descensos a partir de Garlitos. Los baches que te encuentras son gordos. Y por cierto, el paisaje: fabuloso. Esta vez no vimos bichos silvestres. Más bien, domésticos. Y en serio, no atacan... jejeje.

Nos vemos por los caminos!!!!

http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=602106